Procomún y prototipadoTecnociudadanos y ProcomúnTecnociudadanos y procomún 2017/18

Introducción a los comunes urbanos. Historia y significado del concepto de comunes y procomún.

Sesión impartida por Ana Méndez de Andés el 24 de octubre de 2017.

Los comunes es el tema central de las clases del Módulo “Tecnociudadanos y Procomún”, que empiezan en 24 de octubre y que se extienden hasta el final de noviembre. La primer clase ha sido la “Introducción a los comunes urbanos», con Ana Méndez de Andés.

Llamamos comunes (bienes comunales, entornos de comunalidad o procomún) a prácticas de gestión de recursos colectivos que permiten establecer principios de cooperación, intercambio y explotación al margen del mercado. Su estudio es actualmente de relevancia vital porque se han convertido en una herramienta de organización política frente a la descomposición del estado de bienestar social y a la privatización de la vida.

La sesión, que será abierta, tratará de identificar los procesos de comunalización de los entornos urbanos y la implicación del paradigma de los comunes en los modos de organización institucional y social.

Audio de la sesión:

Resume de la sesión:

¿Qué son los comunes? Ana Méndez de Andés aporta una definición: «Son prácticas de gestión en común de recursos colectivos que posibilitan establecer principios de cooperación, intercambio y explotación al margen del mercado». También conocidos como «bienes comunales», «entornos de comunalidad» o «procomún», se trata de bienes que se producen continuamente pero que habitualmente se cercan y apropian por el capital en forma de mercantilización y monetización».

Existen múltiples estudios que abordan el procomún desde varias perspectivas.

Garrett Hardin escribió «Tragedy of Commons», publicado por la revista Science. Defendía la idea de que los individuos tienden a destruir un bien compartido (el común), aunque tal destrucción no sea deseable. Esto abrió un amplio debate.

Elinor Ostrom (Premio Nobel) desafió la idea de que los individuos gestionan mal la propiedad común. Sus observaciones concluían que los individuos acaban desarrollando reglas para resolver conflictos en el manejo de los bienes.

Méndez pone como ejemplo las acequias de Valencia, con una organización que permite a los individuos acceder al agua por turnos y en distintas regiones. Existe un órgano, el Tribunal de las Aguas, que vela por el cumplimiento de las reglas. Esto coincide con la tesis de Ostrom, basada en varios principios de diseño, recogidos en el capítulo 3 de su obra «El gobierno de los bienes comunes».

De esta manera, defiende que «no hay democracia política sin democracia económica», y es entonces cuando realiza un viaje que le lleva a comparar Edad Media con Modernidad. Establece que la transición de una etapa a otra se produce cuando llega el Estado del bienestar, mediante el pacto social, a través del cual los gobernantes proveen de casa y garantías (educación y sanidad) a los ciudadanos.

El origen de la financiación del capital subyace en el cercamiento de campos comunes, que corta el acceso a recursos de campesinos, en la Europa de mediados del siglo XIX. Así, se llega a la acumulación originaria de capital y de trabajadores.

El Estado da a entender que la Edad Media (donde imparaba lo común y lo colectivo) es viejo y se debe dar paso a lo moderno. Se califica de hecho como época oscura frente a la modernidad, donde los individuos y las propiedades son puestas de acuerdo por el Estado.

La crisis económica de los 70 del siglo XX conllevó la ruptura de igualdad y pacto social, la asociación de la riqueza a aspectos más allá de lo material y el resquebrajamiento del Estado del bienestar que, según el modelo europeo nórdico, debía garantizar servicios sociales básicos (educación y sanidad gratuitas o las viviendas sociales, entre otros).

Siguiendo la teoría de los comunes, se entiende que el capitalismo «se desarrolla mediante la destrucción y la apropiación de la capacidad colectiva de garantizar la reproducción social» (Ana Méndez de Andés Aldama). A partir de los años 90 se produce una nueva ola de “cercamientos” (no materiales, sino inmateriales; ejemplo: capacidad de colaboración, procesos creativos etc.).

Como conclusión de la clase, pareció vislumbrarse una tendencia hacia lo común, en la medida en que el Estado moderno está demostrando no saber administrar los recursos.

Condiciones de lo común Universalidad, democracia, sostenibilidad, inalienabilidad y replicabilidad
Elementos de los comunes Comunidad, recurso y gestión
Estructuras de soporte Equipamientos, institucionalidad, organización, comunidades abiertas multidimensionales e infraestructuras
Derecho a la ciudad Lo urbano como lugar de producción biopolítica, derecho a gestionar los recursos de la ciudad

Ana Méndez de Andés ha sido asesora en el Ayuntamiento de Madrid y trabajó en proyectos de urbanismo, diseñando espacios públicos urbanos.
Ver más: http://medialab-prado.es/person/anamendezdeandes

Apuntes colectivos por Jesús Bella.