Tecnociudadanos y ProcomúnTecnociudadanos y procomún 2017/18

Los laboratorios ciudadanos como oportunidad para construir nuevos modelos de institución y nuevas políticas públicas

Sesión impartida por Marcos García, director de MediaLab Prado, el 31 de octubre de 2017.

Los laboratorios ciudadanos

La fragmentación en ámbitos del conocimiento y la concepción tradicional del ciudadano como receptor de servicios dificultan la resolución de los problemas actuales, que requieren una solución multidisciplinar así como entender a la ciudadanía como productora de conocimiento.

En la actualidad, el saber se organiza de dos formas opuestas:

  • En árbol (cuando las ramas no se conectan entre sí).
  • En red (cuando todas están conectadas).

El primer modelo tiende a la dispersión y es el establecido en las bibliotecas tradicionales, entre otras áreas. «Una de las características de nuestro tiempo es la dispersión. Todo actualmente se conecta y se desconecta con facilidad, y es necesario encontrar herramientas de enlace», en palabras de Marcos García.

El segundo se desarrolla, por ejemplo, en internet, a través de la agregación de etiquetas para clasificar los documentos (pueden ser de distintas temáticas).

Ante este contexto, los laboratorios ciudadanos surgen como espacios que persiguen conectar las ramas de conocimiento y facilitar la experimentación con nuevas formas de colaboración y producción, de prototipos y ensayos. Su fin último es “diseñar instituciones y organizaciones más democráticas”.

Los laboratorios ciudadanos se caracterizan por:

· Ser un lugar de experimentación de nuevas formas de comunicación, asociación, etc.
· No proporcionar la solución, sino el lugar para encontrarla aprovechando la participación de la ciudadanía.
· Permitir el error.
· Potenciar la vida en común.
· Valorar el proceso aunque no se alcance el objetivo.

En la misma línea, persiguen que esta lógica se extrapole a otras áreas, como por ejemplo, las instituciones culturales. Actualmente algunas empresas se aproximan a este modo de innovación, en el que distintos perfiles tanto de ciencias sociales como naturales colaboran en proyectos: «La cooperación es una artesanía que hay que trabajar a través de la empatía o la escucha, para poner de acuerdo a especialistas de distintos campos», según Marcos García. En definitiva, cualquier institución podría tener su propio laboratorio.

 

MediaLab Prado

Tal y como indica su página web, MediaLab Prado es “un laboratorio ciudadano de producción, investigación y difusión de proyectos culturales que explora las formas de experimentación y aprendizaje colaborativo que han surgido de las redes digitales”.

Marcos García destaca que se trata de “un lugar que facilita que personas que antes no se conocían puedan cooperar a través de sus proyectos, que mejoran la vida en común por su temática o por su modo de hacer”. Además, resalta su “interdisciplinaridad” y que las propuestas de proyectos partan desde los usuarios, no desde la institución, aunque se engloben dentro de los ejes principales del centro.

En palabras de Marcos García, quieren que «los proyectos que se hacen allí funcionen como Wikipedia (una red colaborativa), pero el MediaLab Prado se considera más como una organización 2.0. Algo así como Youtube, que es rígida en funcionamiento».

MediaLab Prado nació en el año 2000 como un proyecto vinculado al área de Cultura del Ayuntamiento de Madrid y vivió una etapa –principalmente- de asentamiento hasta 2006.

Las claves del funcionamiento de Medialab Prado son:
1) Los talleres de producción, la convocatoria de proyectos y los colaboradores. Se pretende generar una red local que trascienda a otros contextos más globales.
2) La mediación cultural, de tal forma que lo que hacen resulte accesible para el público.
3) La documentación, para que los procesos sean replicables y sirvan de experiencia para otros.
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¿Son posibles otros modelos?
La consolidación de los usos y las estructuras de las instituciones, así como la direccionalidad de su comunicación, hace necesario plantearse qué modelos de instituciones podemos desarrollar y qué relación perseguimos entre usuarios y trabajadores.

El mismo razonamiento se podría aplicar a las ciudades en general: ¿Qué puentes existen en ellas? ¿Cómo interactúan las personas? Actualmente existen barreras –entre barrios, simbólicas, arquitectónicas…- que generan homogeneidades entre determinadas áreas, que a su vez se impermeabilizan del resto; lo que resulta contradictorio con el término de ciudad.

¿Es internet la solución? Aunque se plantea como una oportunidad, en la red también se registra la tendencia a juntarse con personas afines (concepto de homofilia).

 

La cultura digital
Los nuevos comunes digitales nacen como nuevos territorios de colaboración en la red (por ejemplo, el software libre y el sistema de licencias creative commons). Estas últimas se inspiran en la General Public License, que se utiliza para software y se basa en el copyleft.

Wikipedia es un ejemplo de plataforma que funciona como un procomún y que, además, emplea la licencia creative commons (concretamente, bajo la Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 3.0).

 

Lecturas recomendadas de la sesión

  • Richard Sennett – “Juntos: rituales, placeres y política de cooperación”.
  • Henri Lefebvre – “El derecho a la ciudad”.

Apuntes colectivos por Henar Martínez.