Yago López Losada

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@y_losada

El emergente Yo Cuantificado: del sujeto como narración al sujeto como geometría

Actualmente, una de las tendencias tecnológicas más en auge es la del registro y monitorización de datos acerca de nuestros hábitos cotidianos (agua ingerida, dieta, pasos realizados, tiempo de sueño, etc.) mediante dispositivos y aplicaciones dispuestas para tal fin. Con esta investigación queremos analizar la lógica y las implicaciones (para lo cual es imperativo referirnos a sus orígenes) de este fenómeno.

Introducción.

Dicho en corto, la auto-cuantificación consiste en el registro sistemático de diversos ámbitos de nuestra vida cotidiana a través de múltiples dispositivos con objetivo de generar y visualizar correlaciones entre los datos obtenidos. Como muchas de las tendencias en lo que a tecnología se refiere, Wired y, más específicamente, sus editores Kevin Kelly y Gary Wolf, constituyen en 2007 un movimiento en torno a esta práctica bajo los principios de «colaboración [entre] usuarios y fabricantes de herramientas que comparten un interés en el autoconocimiento a través del auto-tracking». Aunque este fenómeno despertó inicialmente poco interés en los usuarios, la segunda mitad de 2012 ha supuesto la definitiva consolidación del fenómeno.

En contra de lo minoritario, o excepcional, que a priori pudiera parecer esta práctica, lo cierto es que algunos estudios comienzan a mostrar que, en EE.UU., el 70% de la población se encuentra monitorizando y registrando algún aspecto de su vida, y que el 20% se sirve para ello de dispositivos electrónicos (Fox y Duggan, 2013).  El hecho de que, en este mismo estudio, se apunte a que sólo el 7% de estos self-trackers utilicen dispositivos y aplicaciones móviles (como las que comercializa la empresa a la que aludíamos antes, Fitbit) nos pone sobre la pista de que, tal vez, el fenómeno de la autocuantificación no sea más que la remediación de prácticas arraigadas e históricamente socio-situadas. En tales circunstancias cabe preguntarse qué desplazamientos y estrategias de poder se encuentran tras la emergencia de tales prácticas y la cristalización de dichos dispositivos.

Antecedentes.

Como hemos dicho, aunque el fenómeno tiene cierto aire a conocido por una amplia literatura sociológica, lo cierto es que lo reciente de su cristalización, de su proclamación como práctica consciente, concreta y “nombrable”, todavía no ha dado lugar a demasiados análisis específicos sobre el tema. La primera disciplina que parece haberse movilizado es la sociología de la medicina, mediante la proposición de analogías entre la auto-cuantificación y el también emergente fenómeno de la telemedicina o mHealth. Lupton (2003, 2012) señala que, desde los ’80, la medicina ha ido transformando su concepción del cuerpo humano desde una perspectiva maquínica (cuerpo-máquina) hacia una idea computerizada del mismo (cuerpo-ordenador, donde el cerebro haría las funciones de CPU). Este hecho es el que estaría detrás de la conversión de la medicina en un sistema de recopilación y síntesis de información dando entrada a las TIC como herramientas cotidianas (y necesarias) en la praxis médica. Una de las consecuencias más relevantes de estos Como hemos dicho, aunque el fenómeno tiene un fuerte aroma a conocido por una amplia literatura sociológica, lo cierto es que lo reciente de su cristalización, de su proclamación como práctica consciente, concreta y “nombrable”, todavía no ha dado lugar a demasiados análisis específicos sobre el tema. La primera disciplina que parece haberse movilizado es la sociología de la medicina, mediante la proposición de analogías entre la auto-cuantificación y el también emergente fenómeno de la telemedicina o mHealth. Lupton (2003, 2012) señala que, desde los ’80, la medicina ha ido transformando su concepción del cuerpo humano desde una perspectiva maquínica (cuerpo-máquina) hacia una idea computerizada del mismo (cuerpo-ordenador, donde el cerebro haría las funciones de CPU). Este hecho es el que estaría detrás de la conversión de la medicina en un sistema de recopilación y síntesis de información dando entrada a las TIC como herramientas cotidianas (y necesarias) en la praxis médica. Una de las consecuencias más relevantes de estos desplazamientos es que el paciente pasa de ser “aquel que se pone bajo el cuidado médico” para convertirse en “aquel que produce y adquiere conocimientos especializados para manejar su enfermedad”. Y es en este sentido, que se afirma que:

  1. Los dispositivos inalámbricos cambiarán la forma en que los cuerpos pueden operar, en la medida que inauguran nuevas formas de representación y visualización del cuerpo y, por extensión, de modos de experimentarlo.
  2. Los nuevos dispositivos mHealth construyen, bajo el pretexto de la salud pública, una arquitectura biopolítica tan eficiente a nivel individual (señalando al paciente de forma individualizada el tratamiento que debe seguir, la actividad que debe realizar, etc.) como social (rastreando y aislando factores/grupos de riesgo, actuando sobre comunidades específicas, etc.)

Uno de los argumentos-fuerza de aquellos que celebran y promocionan la emergencia del fenómeno de la auto-cuantificación es que se promueve la democratización del conocimiento experto[1]. Desde este punto de vista, se trataría de una «ciencia de la ciudadanía» dispuesta para legitimar el conocimiento de usuarios sin credenciales científicas (Fuller, 2003). Contra este discurso, Erin Boesel (2012) afirma que estas nuevas formas de intervención sobre el cuerpo no son más que la reubicación de prácticas médicas en contextos libres de supervisión y control por parte de la medicina institucional. Si la biomedicalización fue el vector de expansión de la autoridad médica institucional desde el campo de la “enfermedad” al de la “salud”, la «biomedicalización 2.0» sería la delegación de la vigilancia y los cuidados médicos en el propio paciente. En este contexto, los self-trackersestarían inmersos una especie de «biomedicalización 2.0 en acción»que implicaría:

  1. Deseo de una perfección individual conforme a determinados criterios (auto-disciplinamiento).
  2. Normalización y clasificación de los cuerpos en relación a su rendimiento.
  3. Auto-vigilancia y auto-examen.

Normalización (examen), disciplinamiento y vigilancia serían para Foucault (2000) las características principales de los sistemas disciplinarios tales como la cárcel, escuela, fábrica o psiquiátrico. Sin embargo, tal y como nos advierte Deleuze (1991), los sistemas disciplinarios de finales del s.XX no dependen ya de las arquitecturas del encierro y la disposición de los espacios, sino que el juego de miradas se articula ahora en torno a tecnologías informáticas. La auto-cuantificación remitiríaesa «nueva medicina “sin médico ni enfermo”» (Deleuze, 1991) donde los self-trackers remitirían a la emergencia de un nuevo quiasma[1]sujetoXobjeto (productorXconsumidor, médicoXpaciente, etc.) pacificado -políticamente-, disgregado –socialmente- y productivo –económicamente- (Erin Boesel, 2012). No sería en absoluto difícil establecer conexiones con el paradigma de la psicologización en que socio-históricamente se enmarca todo este proceso. Nos referimos así a aquella característica del pensamiento posmoderno que implica la radical individualización de lo social y la asunción de que los principales determinantes de la conducta y el destino de las personas se encuentran contenidos en ellas mismas (Elias, 1990; Crespo y Serrano, 2012).

Por otra parte, cabe mencionar que la relación entre información y biología no es en absoluto novedosa. De hecho, el concepto mismo de evolución se encuentra ligado a la lectura de la vida y la existencia a través de códigos de información, visualización y escritura, lo cual se hace explícito a partir del descubrimiento del código genético en 1958 (Aguilar, 2008).

Por último, si reflexionamos sobre la intersección entre maquinismo, información, medicalización, disciplina y vigilancia enseguida emerge la lógica de la industrialización y, más concretamente, F. Taylor y su scientific management. En este sentido, Say (1999) nos sugiere que los cambios en la forma y la función de la tecnología actual son la consecuencia del desplazamiento de las tecnologías clásicas de producción industrial (donde el cuerpo es una máquina de producción) hacia tecnologías digitales de consumo (donde tras las aparentes concepciones liberales del cuerpo se encontraría una relación de subordinación respecto a los sistemas tecnológicos). Es decir, de nuevo, tras la idea de autonomía y empoderamiento que acompaña a los dispositivos de auto-seguimiento se encontraría en realidad una continuidad en nuestras formas de relación con la tecnología que arranca, como mínimo, en los albores de la industrialización.

Objetivos.

Todo lo descrito hasta aquí está dirigido a la satisfacción de los siguientes objetivos de investigación:

  • Indagar el origen y el contexto de surgimiento del fenómeno de la auto-cuantificación.
  • Estudiar la lógica que subyace a la constitución de dispositivos y usuarios.
  • Reflexionar sobre las formas de representación del sujeto ideal que enmarcan estas tecnologías en las prácticas de promoción de la salud.
  • Enfrentar el fenómeno a otros procesos socio-políticos y económicos de más amplio alcance.
  • Rastrear, analizar y proponer discursos contrapuestos a los analizados.

Referencias.

AGUILAR, Teresa (2008): Ontología cyborg: el cuerpo en la nueva sociedad tecnológica. Gedisa, Barcelona.

BOLTANSKI, Luc Y CHIAPELLO, Eve (2002):El nuevo espíritu del capitalismo. Akal, Madrid.

CORIAT, Benjamin (2001): El tayer y el cronómetro: ensayo sobre el taylorismo, el fordismo y la producción en masa. Siglo XXI, Madrid.

CRESPO, Eduardo Y SERRANO, M. Amparo (2012): “La psicologización del trabajo: la desregulación del trabajo y el gobierno de las voluntades” en Teoría y crítica de la psicología nº2, pp.33-48.

DELEUZE, Gilles (1991): “Postdata sobre las sociedades de control” en Ferrer, Christian (comp.): El lenguaje literario. Nordan, Montevideo.

ELIAS, Norbert (1990): La sociedad de los individuos. Península, Barcelona.

ERIN BOESEL, Whitney (2012): «Empowerment through numbers? Biomedicalization 2.0 and the Quantified Self» en Ciborgology 06/09/2012

FOX, Susannah Y DUGGAN, Maeve (2013): “Tracking for Health”, Pew Research Center’s Internet & American Life Project. Recuperado el 02 de febrero de 2013 desde http://pewinternet.org/Reports/2013/Tracking-for-Health.aspx

FOUCAULT, Michel (2000): Vigilar y castigar: el nacimiento de la prisión. Siglo XXI, Madrid.

–       (2005): Seguridad, territorio y población. Akal, Madrid.

–       (2008): El nacimiento de la biopolítica. Akal, Madrid.

FULLER, Steve (2003): “La ciencia de la ciudadanía: más allá de la necesidad de expertos” en Isegoría nº28 pp.33-53.

LATOUR, Bruno (1992): Ciencia en acción. Labor, Barcelona.

–       (1999): La esperanza de Pandora. Gedisa, Barcelona.

LUPTON, Deborah (2003): Medicine as culture. Sage, Londres.

–       (2012): «M-health and health promotion: The digital cyborg and surveillance society» en Social Theory & Health Vol. 10, 3, pp. 229-244

ROLDÁN, Diego P. (2010): “Discursos alrededor del cuerpo, la máquina, la energía y la fatiga” en História, Ciências, Saúde – Manguinhos v.17 nº3 pp.643- 661, Rio de Janeiro.

SAY, James (1999): “The labouring body and the posthuman” en Gordo, Ángel y Parker, Ian (comp.): Cyberpsychology. McMillan Press, Londres

 


NOTAS.

[1] Fernando Santamaría supone un buen ejemplo en castellano de este tipo de discursohttp://fernandosantamaria.com/blog/2012/09/la-autocuantificacion-el-emergente-yo-cuantificado-en-los-procesos-vitales/ acceso de 18 de enero de 2013.

[2] En biología, el quiasma es un entrecruzamiento entre cromáticas no hermanas en el proceso de recopilación meiótica. Igual que muchas de las identidades, procesos y tendencias contemporáneas (prosumidor, tecnocidanos, etc.) los quiasmas remiten a relaciones inestables e inquietantes (pero potencialmente productivas)en el interior de nuevos conceptos borrosos, híbridos o aparentemente contradictorios (Erin Boesel, 2012).

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